El incremento del IRPF para todos los tramos empezará a reducir las nóminas de los asalariados a partir del mes de febrero. Sin embargo, existe una posibilidad, poco conocida, de contrarrestar el descenso del salario neto.
Los contribuyentes con unos ingresos inferiores a 33.000 euros y con derecho a aplicar la llamada deducción por vivienda habitual pueden pedir a su empresa que le rebaje en dos puntos la retención que se aplica mes a mes sobre su nómina. Hasta ahora, el umbral se situaba en 22.000 euros ya que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero eliminó la deducción por vivienda para rentas superiores a 24.100 euros.
El tipo de retención para un contribuyente soltero y sin hijos que gana 33.000 euros aumentará en enero del 18% al 19%. Ello supone ganar 28 euros menos al mes (336 euros al año). Sin embargo, si paga una hipoteca por su vivienda habitual podrá recortar en dos puntos su retención hasta el 17%. Así, su salario neto, en lugar de bajar, subiría 55 euros al mes (660 euros adicionales al año). Esta medida se aprobó en 2008 para facilitar liquidez a las familias. No se trata de una reducción de impuestos. Aplicar una menor retención implica que, en el mes de junio, cuando se presenta la declaración de la renta, el contribuyente tendrá derecho a una menor devolución o, incluso, puede que le salga a ingresar. Aun así, en un momento en que, según el INE, tres de cada diez hogares tienen problemas para llegar a fin de mes, puede resultar interesante elevar el salario neto mensual.
Fuentes de Hacienda aseguran que el número de contribuyentes que se están beneficiando de esta medida es reducido. Sin embargo, el incremento de tipos aprobado por Rajoy en el IRPF -el mayor de la democracia- eleva el atractivo de aplicar una reducción de las retenciones.
Para acogerse a esta medida, el contribuyente debe cumplimentar y entregar a su empresa el formulario 145, el mismo que se utiliza para informar de otras circunstancias -tener un hijo, por ejemplo- que afectan a la tributación.
Beneficios limitados
De momento, los únicos incentivos fiscales aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy persiguen revitalizar el mercado inmobiliario. La recuperación de la deducción por compra de casa para todas las rentas supone que cualquier contribuyente que pague una hipoteca podrá rebajar su factura del IRPF hasta 1.356 euros. El ahorro alcanza los 33.900 euros para un asalariado que tarde unos 25 años en abonar su casa.
La otra gran rebaja fiscal aprobada por el Ejecutivo de Rajoy supone prorrogar hasta diciembre de 2012 el IVA superreducido del 4% por la compraventa de una casas nueva. Si bien el Gobierno anunció que esta medida se mantendría únicamente para las vivienda habituales y que se establecería un límite por precio de adquisición, el real decreto convalidado el miércoles por el Gobierno no incluye esas salvedades. Es decir, el IVA del 4% se aplicará en todas las compras de vivienda nueva. Hacienda calcula que esta medida reducirá en 750 millones los ingresos públicos. Este coste se repartirá a partes iguales entre la Administración central y la autonómica.
La rebaja del IVA hasta el 4% para las casas de nueva construcción no tiene su equivalente en la compraventa de vivienda de segunda mano, que tributa por el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, cuyo tipo depende de Gobiernos autonómicos y se encuentra entre el 7% y el 8% en función de la comunidad.